Si estás buscando un plan diferente, educativo y gratuito para hacer con tus peques, sobrinos o nietos un fin de semana en Madrid, la Estación de Chamberí es una joya escondida (literalmente, bajo tierra) que merece toda tu atención.
Pero volvamos al subsuelo madrileño, porque hoy vamos a sumergirnos -sin billete de metro- en un viaje al pasado más castizo.
Un pedacito del Madrid de 1919 que sigue latiendo
Pocas veces se tiene la oportunidad de visitar un museo que, en realidad, no parece un museo. La Estación de Chamberí, también conocida como el Andén 0, forma parte de la primera línea de metro de Madrid, inaugurada en 1919. Aunque fue clausurada en 1966 por razones técnicas -sus andenes curvos y con pendiente hacían imposible la ampliación necesaria para trenes más largos-, hoy se conserva tal cual era hace más de 100 años.
Entrar a esta estación es como abrir una cápsula del tiempo: desde los anuncios de cerámica con tipografía de época, hasta las taquillas y bancos originales, todo ha sido restaurado con mimo. Incluso el olor tiene algo de nostálgico, como si el metro de antaño hubiese dejado una huella olfativa imborrable.
Si tenéis niños curiosos, prepárate para un sinfín de preguntas y expresiones de sorpresa. Y si eres tú quien siente debilidad por la historia urbana, más de una lágrima de emoción puede escaparse.
Una visita guiada que engancha desde el minuto uno
Aunque puedes visitar la estación por tu cuenta, te recomendamos encarecidamente reservar una de las visitas guiadas. Duran alrededor de 45 minutos y están dirigidas por profesionales que no solo conocen la historia del metro como la palma de su mano, sino que la cuentan de una forma cercana, con anécdotas que encantarán tanto a los adultos como a los más pequeños.
Estas visitas se hacen los viernes por la tarde y los fines de semana por la mañana y la tarde, pero ojo, hay que reservar con antelación en la web de Giglon, ya que las plazas son limitadas (25 personas por grupo) y vuelan más rápido que un tren de la línea 1.
Además, durante la visita se proyectan vídeos documentales que muestran la evolución del metro y cómo este medio de transporte ha transformado la vida de los madrileños a lo largo del siglo XX.
¿Y los peques? También disfrutan y aprenden
Lo mejor de todo es que la Estación de Chamberí es perfecta para visitar en familia. Los niños podrán ver de cerca cómo era un andén hace más de un siglo, alucinar con los carteles publicitarios de la época y, por qué no, jugar a ser maquinistas del pasado.
Muchos se sorprenden al ver que antes no había tornos automáticos ni pantallas digitales. En lugar de eso, encontraban simpáticos taquilleros con gorras de plato, lámparas colgantes y… ¡hasta anuncios de jabón y licores en cerámica esmaltada!
Y como buen museo familiar, la entrada es gratuita, lo cual es otro punto a favor para padres y abuelos que quieren salir del circuito de planes costosos.
Cómo llegar y otros datos útiles
Llegar a la Estación de Chamberí es muy fácil. Está ubicada entre las estaciones de Iglesia y Bilbao (línea 1), aunque actualmente no se puede acceder desde el metro directamente. La entrada se hace desde la Plaza de Chamberí, muy cerca de varias líneas de metro y autobús.
El museo abrió de nuevo sus puertas el 5 de septiembre de 2025 tras unas obras de restauración, así que todo está en perfecto estado de revista. Eso sí, recuerda:
- Solo se puede visitar con cita previa (reserva aquí: Giglon).
- Se permite hacer fotos y vídeos (sin flash), pero no a otras personas, al personal ni a los vídeos proyectados.
- El espacio tiene acceso con ascensor, lo que facilita la visita a personas con movilidad reducida o carritos de bebé.
¿Por qué este plan es tan especial?
Más allá del atractivo histórico, la Estación de Chamberí tiene algo mágico: te hace pensar en cómo hemos cambiado como sociedad. En cómo viajábamos antes, cómo nos movíamos por la ciudad y qué papel jugaba el metro en la vida cotidiana. Es un plan que permite conectar generaciones: los abuelos cuentan cómo era “su” metro, los niños se maravillan y los padres se quedan con la boca abierta al ver cómo el diseño de Antonio Palacios sigue impresionando un siglo después.
Y si te gusta el cine, otro dato curioso: esta estación fue escenario clave en la película Barrio de Fernando León de Aranoa, lo que le dio una segunda vida en los años 90. Desde entonces, no ha dejado de despertar interés entre los madrileños y visitantes.
Preguntas frecuentes sobre la visita a la Estación de Chamberí
¿Es necesario reservar para visitar la Estación de Chamberí?
Sí. Aunque la entrada es gratuita, es obligatorio reservar previamente a través de la plataforma Giglon, ya que el aforo es limitado.
¿Cuánto dura la visita guiada?
La visita guiada dura aproximadamente 45 minutos e incluye recorrido por las instalaciones originales y proyecciones audiovisuales sobre la historia del Metro.
¿Se puede visitar con niños?
¡Por supuesto! Es una actividad ideal para familias. Los más pequeños se lo pasarán en grande explorando una estación “de las de antes”.
¿La estación tiene accesibilidad para carritos o personas con movilidad reducida?
Sí. Dispone de ascensor y accesos adaptados, por lo que es apta para todos los públicos.
¿Se puede hacer fotos durante la visita?
Sí, se permiten fotos y vídeos no profesionales, siempre que sea sin flash y respetando la privacidad de otros visitantes y del personal.
¿Qué días y horarios abre la estación?
Viernes: de 16:00 a 20:00 h
Sábados: de 10:00 a 14:00 h y de 16:00 a 20:00 h
Domingos: de 10:00 a 14:00 h
Siempre con cita previa.
¿Dónde está situada exactamente la Estación de Chamberí?
En la Plaza de Chamberí, entre las estaciones de Iglesia y Bilbao. No tiene acceso desde el metro, se entra desde la calle.
Así que ya sabes, si este fin de semana no sabías qué hacer con la familia, guarda este plan en tu lista. Gratis, cultural, original, y con ese punto de «¡guau, esto no me lo esperaba!» que convierte un sábado cualquiera en un recuerdo imborrable.