Cuando el termómetro madrileño se dispara y las aceras empiezan a brillar como una sartén recién engrasada, no queda otra que buscar alternativas divertidas y fresquitas para disfrutar con los peques. Porque sí, el verano es maravilloso… pero en Madrid a veces se pone demasiado entusiasta con el calor.
Aquí te traemos una guía cargada de planes familiares con aire acondicionado, sombra y hasta chorros de agua.
Parques con sombra y zonas de agua
Los parques son el salvavidas clásico del verano, pero claro… si no hay sombra ni un chorrito, pueden convertirse en una sauna verde. Estos espacios lo tienen todo: árboles frondosos, zonas de juegos y agua para refrescar los pies (o todo el cuerpo, si nos descuidamos).
Madrid Río es el rey indiscutible en este terreno. Con sus zonas de chorros de agua, áreas de sombra natural y césped mullidito para tumbarse, es el sitio perfecto para que los peques chapoteen a gusto mientras los mayores descansan a la sombra.
En el Parque de El Retiro, la zona de La Chopera es una joyita: hay sombra, columpios y hasta barquitas en el estanque por si os sentís marineros por un rato. Y si además os hacéis con un helado, la experiencia ya es de postal.
Otro que no falla es el Parque Juan Carlos I. Amplio, moderno y con tren gratuito para recorrerlo sin sudar una gota (literalmente). Tiene lagos, zonas verdes y un espacio abierto perfecto para correr, saltar, y luego tirarse al suelo con un refresco.
Piscinas y centros de agua para niños
¿A quién no le apetece un buen chapuzón en pleno julio? Si no tienes piscina en casa (como el 90% de los mortales), no te preocupes. Madrid está llena de opciones acuáticas para todos los gustos y presupuestos.
El Centro Deportivo Municipal Casa de Campo tiene una piscina recreativa que es ideal para los más pequeños. Agua poco profunda, vigilancia constante y un ambiente familiar perfecto para pasar la mañana sin preocuparse por el sol abrasador.
También está la Piscina de Peñuelas, en Arganzuela. Es más pequeña, pero muy frecuentada por familias del barrio. Tiene zonas verdes y está bien climatizada, así que es una opción muy cómoda si vivís cerca.
Y si ya quieres tirar la casa por la ventana (o al menos el flotador), el plan estrella se llama Aquopolis. Situado en Villanueva de la Cañada, es un parque acuático enorme con zonas infantiles, toboganes y atracciones acuáticas para todas las edades. La entrada no es barata, pero compensa en sonrisas, risas y fotos con churros (los hinchables, claro).
Museos y espacios frescos e interactivos
El verano no tiene por qué estar reñido con la cultura, y menos aún si se puede disfrutar con aire acondicionado. Estos museos son ideales para huir del calor y, de paso, echar un vistazo a cosas alucinantes con los niños.
El Museo Nacional de Ciencias Naturales es uno de esos lugares donde aprenden sin darse cuenta. Desde dinosaurios hasta minerales que parecen sacados de otro planeta, aquí los peques no paran de preguntar y tocar (cuando se puede).
El Museo de Bomberos, en Puente de Vallecas, es pequeñito, gratuito y una maravilla para los niños más curiosos. Ver camiones antiguos, trajes de bombero y aprender sobre emergencias puede convertirse en una aventura en sí misma.
Y si lo que buscas son talleres y exposiciones pensadas 100% para ellos, CaixaForum Madrid es un clásico infalible. Además de sus exposiciones temporales, tiene programación infantil casi todo el verano: talleres, cuentacuentos y actividades participativas. Y todo dentro de un edificio fresquito y con cafetería, por si hace falta repostar.
Centros comerciales con ocio infantil
Lo sabemos: decir “centro comercial” no suena demasiado emocionante. Pero cuando descubres que algunos tienen nieve, camas elásticas y cine infantil… la cosa cambia.
Xanadú es el rey de este tipo de plan. Tiene una pista de esquí abierta todo el año (SnowZone), una bolera, un minigolf y zonas para jugar mientras tú te tomas algo con aire acondicionado en la cara. Vamos, plan redondo.
La Vaguada también sorprende: cuenta con ludoteca, cine infantil y actividades gratuitas en verano. Además, la climatización está al nivel de un iglú bien diseñado, así que es ideal para descansar sin derretirse.
Y si os pilla más cerca, Plenilunio tiene una gran oferta de ocio familiar: camas elásticas, parques indoor, zonas de juegos para todas las edades y muchos restaurantes “kid friendly”.
Bibliotecas y centros culturales con actividades fresquitas
Sí, lo sabemos: la palabra «biblioteca» puede sonar poco emocionante para algunos peques. Pero en Madrid hay centros culturales que hacen de la lectura y la creatividad una verdadera fiesta con aire acondicionado.
La Biblioteca Pública Eugenio Trías, dentro del Retiro, no solo tiene una sección infantil preciosa, sino que además organiza cuentacuentos y actividades veraniegas. Y todo rodeado de árboles y verde, por si luego queréis continuar el plan al aire libre.
El Espacio Abierto Quinta de los Molinos es un oasis para familias. Ofrece talleres artísticos, espectáculos y propuestas que combinan zonas de sombra con espacios interiores perfectamente climatizados. Su programación cambia cada semana, así que merece la pena consultar qué tienen preparado para el finde.
Planes de tarde-noche para escapar del calor
Cuando el sol afloja un poco (aunque sea solo un poco), Madrid se vuelve mágica. Estos planes al caer la tarde son perfectos para disfrutar sin prisas y sin calor sofocante.
El cine de verano es un clásico que nunca falla. Hay varias opciones familiares repartidas por la ciudad, como el de Conde Duque o el Parque de la Bombilla, con películas para todos los públicos, mantitas en el césped y algún que otro mosquito simpático.
Otra opción fresquita es el teleférico de Madrid, especialmente al atardecer. Las vistas son espectaculares y el viaje es lo suficientemente corto como para mantener entretenidos a los más pequeños (y lo suficientemente largo como para hacer fotos épicas).
Y si lo que queréis es un picnic nocturno, los parques como el Templo de Debod o el Parque de Pradolongo son lugares ideales para extender la manta, sacar los bocatas y contar estrellas. Bonus: no hace falta entrada ni reserva.